El jueves 13 de junio de 2024, en el Centro Cultural de España en Lima tuvo lugar la Jornada de Pensamiento Urgente, actividad de reflexión entre agentes culturales sobre el papel de la cultura y sus posibles prácticas sostenibles frente a la emergencia climática. Sesenta participantes entre gestores culturales, profesionales de entidades culturales públicas y privadas, artistas, agentes sociales y medioambientales asistieron a este primer encuentro.
El director del CCE, Joaquín Benito, fue el encargado de introducir la jornada motivando la reflexión entre los asistentes sobre sus propias prácticas sostenibles, y poniendo de relieve la falta de acción del sector cultural ante la urgencia de la crisis climática.
Emergencia climática y sector cultural
Tras la introducción, comenzó la primera mesa redonda “Emergencia climática y sector cultural” teniendo como ponentes a Mariana Alegre (directora ejecutiva del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos), Eddy Ulloa (director de Artes del Ministerio de Cultura) y Annia Vargas Herrera (jefa de Responsabilidad Ambiental del Centro de Sostenibilidad de la Universidad de Lima). Estuvo moderada y dinamizada por Joaquín Benito (director del CCE Lima).
Desde su mirada urbanística, Mariana Alegre compartió la experiencia de trabajo de Lima Cómo Vamos y el proyecto Clima Urbano, donde se plantea responder a la emergencia climática desde una perspectiva socioecólogica. En este sentido, destacó el contraste existente entre el bajo índice de negacionismo en Perú respecto a la crisis climática y la falta de una conciencia de cambio por parte de la población. La recogida de data ciudadana ha sido clave para reconocer que este fenómeno global está impactando especialmente en las mujeres, la infancia y las personas más pobres.
Annia Vargas Herrera presentó la experiencia de la Universidad de Lima, donde trabajan desde la educación para sensibilizar al alumnado. Centró su intervención en la economía circular, la importancia de las áreas naturales protegidas y los proyectos artísticos vinculados al Centro Cultural ULima.
Eddy Ulloa subrayó la importancia de plantear los procesos desde el Estado. Partiendo de la Política Nacional de Cultura, la Política Nacional del Medio Ambiente y el fortalecimiento entre ambas, consideró necesario actuar con responsabilidad. También informó sobre la preparación de un manual para la sostenibilidad medioambiental de festivales en Perú por parte del MINCUL y el MINAM y aprovechó la oportunidad para pedir el acompañamiento del sector cultural en esa iniciativa.
Tras estas primeras intervenciones, los ponentes continuaron debatiendo acerca de cómo la cultura influye en procesos tanto positivos como negativos (gentrificación), dependiendo del modelo cultural. En este contexto, Mariana defendió la necesidad de que el Estado plantee políticas, cree demanda competitiva con enfoque sostenible al priorizar la elección de este tipo de materiales y proveedores y ofrezca incentivos para proyectos e instituciones culturales que asuman esta práctica en sus procesos. En el caso de la Universidad de Lima, Annia habló de la importancia de medir la huella de carbono para implementar sus propias políticas y del valor de la educación en la generación de consumidores responsables. Respecto al Estado, Eddy señaló la voluntad política del MINCUL para implementar los mecanismos de fortalecimiento del sector.
Al expresar sus ideas en torno a los temas tratados en la mesa, el público coincidió en la necesidad de actuar sin dilación aprovechando el poder de la cultura y el arte para hacer incidencia política de manera continua, así como trabajar colectivamente y con una perspectiva nacional. Asimismo, se trajo a colación la problemática de las pérdidas culturales (prácticas, saberes, tradiciones, sitios patrimoniales, etc.) que acarrean en los pueblos originarios los embates de la emergencia climática.
Arte, creación y divulgación ambiental
Tras enfocar la mirada hacia las prácticas y transformaciones internas en diversos ámbitos, la segunda mesa “Arte, creación y divulgación ambiental” se centró en el rol de la cultura y de los artistas en la concienciación ambiental ciudadana. La mesa fue compuesta por María del Pilar Riofrío Flores (directora del Museo del Banco Central de Reserva), Drusila Yamunaqué Alfaro (jefa de Acción Educativa y Mediación del Museo de Arte Contemporáneo) y Ángela Ponce (fotógrafa). Estuvo moderada y dinamizada por Maricel Delgado (Centro Cultural de España).
Pilar Riofrío comenzó con una crítica a la escasa prioridad que otorgan las instituciones culturales a la educación ambiental de sus visitantes, así como la relegación de la crisis y la sostenibilidad medioambiental a segundos o terceros planos frente a otros temas considerados más perentorios como lo económico. Continuó exponiendo la experiencia del MUCEN, donde trabajan esta temática con un enfoque pedagógico; si bien reconoció la necesidad de transversalizar la sostenibilidad medioambiental.
Drusila Yamunaqué se sumó a la opinión de que encarar la emergencia climática en el sector cultural es una tarea pendiente, y reflexionó acerca de la producción sostenible de obras artísticas y de las exposiciones como espacios detonantes de diálogo. Asimismo, refirió el caso particular del MAC con la muestra Desboque de Fibra Colectivo que investiga y crea utilizando materiales sostenibles a veces generados en colaboración con otras especies.
Ángela Ponce ofreció su mirada desde el arte y la creación, sosteniendo que una imagen sobre el cambio climático no salvará al planeta y que, aunque visibilicen el problema, los artistas no deberían ser los principales portavoces del mensaje. También compartió su experiencia en la creación de la muestra Guardianes de los glaciares, que se expone en las salas del CCE, realizada por el colectivo Puriq Ayllu del que es integrante. En sus palabras, gracias a este trabajo ha entendido las diferentes condiciones y maneras de percibir el cambio climático en la cosmovisión y cotidianeidad andina. Concluyó mencionando que el arte es un vehículo para comunicar, pero no la solución.
Ante la cuestión de qué podemos hacer desde nuestro lugar de enunciación, Pilar subrayó que el arte en sí posee un poder transformador mediante los mensajes que porta; Drusila aludió al reto de concebir y practicar políticas institucionales sostenibles; y Angela defendió la importancia de seguir creando y de que los artistas reciban apoyo continuo para hacer llegar su trabajo a los museos.
Por último, en las intervenciones del público surgieron temas e ideas como la relación esencial entre amar nuestro ecosistema natural y, en consecuencia, forjarnos un conocimiento responsable para poder protegerlo; la necesidad de invadir espacios públicos ante la urgencia del cambio climático; la relevancia de descentralizar y accesibilizar la información, los proyectos y servicios asociados a esta temática; el poder comunicativo de las artes, el requerimiento de una producción sostenible y la adaptación de la definición de sostenibilidad a cada territorio.
Laboratorio de Pensamiento Urgente
En la sesión de la tarde, se abrió el Laboratorio de Pensamiento Urgente donde los participantes se dividieron en dos grupos de reflexión colectiva. Como planteamientos comunes que salieron a relucir, cabe destacar el reiterado compromiso e interés en establecer redes de trabajo, aprendizaje y comunicación continuos, socialización de recursos e información para propiciar cambios que provoquen impactos positivos. De igual modo, se insistió en la pertinencia de realizar periódicamente encuentros de esta naturaleza donde seguir intercambiando experiencias y conocimientos.
Profesionales de diversos ámbitos culturales aprovecharon este espacio de conversación para hablar acerca de sus saberes, prácticas, aciertos, errores, dificultades, desafíos y proyectos. Se propusieron vías de articulación, herramientas de trabajo, posibles soluciones a asuntos específicos, así como contenido para tratar en futuras jornadas, por ejemplo, las pérdidas culturales como consecuencia de la crisis climática y una mesa donde se comparta y puedan nutrirse desde el sector los manuales de sostenibilidad que está elaborando el MINCU.
Otros temas recurrentes fueron la necesidad de descentralizar nuestras actividades, particularmente este tipo de jornadas; abrir la posibilidad de participación virtual a agentes culturales de otras áreas del país; accesibilizar nuestras prácticas; capacitar en sostenibilidad medioambiental a artistas, gestores e instituciones culturales; e invitar en próximos encuentros a profesionales de la ciencia que laboran en el ámbito medioambiental, para unir fuerzas entre los dos sectores y lograr una transmisión efectiva de los mensajes que queremos.